Duarte, mi hijo.



-Siempre me preguntan por él. Siempre preguntan por mí. Yo soy, quien soy. Soy aquella que fui proclamada al mundo el 27 de febrero de 1844. Soy Patria. Ah! Mi hijo Juan Pablo Duarte. Sí, recuerdo aquel parto, fue como unir lo divino con lo mundano. Fue encarnar amor desinteresado. Era un joven tan valioso y noble, que con solo 25 años funda La Trinitaria para hacer nacer en un grupo valiente de jóvenes los ideales de amor a mí, pues ese amor se convertiría en la República Dominicana. A sus 27 años funda La Filantrópica con el sabio propósito de darle a conocer a la gente el valor de la libertad, de la soberanía y la democracia.
Aun siendo un adolescente, con solo quince años viaja a España, donde continúa sus estudios de Filosofía, Derecho e idiomas. Yo sabía desde que el nació, que iba a ser mi libertador. Haití me tenia secuestrada! No sabia que hacer, había perdido toda esperanza, hasta que, nació mi luz, mi estrella, mi Duarte! Fuiste un joven luchador, por lo que amaste, tu país, aun sin haberlo dado a conocer, ese país que viste en tus sueños, ese país que todos reconocen como Rep. Dom. Aunque nuestro país tenga muchos problemas y dificultades, tu no has muerto! Sigues ahí! Sigues a nuestro lado! Tu corazón aun palpita en el mío, todos me llaman Patria por ti! Mi Duarte con corazón de león. Un corazón que nunca vio el rencor, sino abrigó el más puro amor, aun con sus enemigos, porque así lo expresaste en el lema de la nación Dios, Patria y Libertad.
Y si mi hijo, tienes razón en mencionarme, porque sin mi no hay nada; solo una isla llena de ignorantes. Pero como tu me diste nombre, aquí estoy! Joven como siempre! Tú me mantienes joven y con la gloria del trabucazo del 27 de febrero.
Jóvenes dominicanos imiten el ejemplo de mi hijo, porque así nuestra sociedad será el estado democrático de derecho que deseamos.
Duarte vivirá siempre que haya un joven dispuesto a luchar por mis gritos, dispuesto a nunca dejarse vencer por el oprobio, dispuesto a tomar las armas si fuere necesario para rescatarme; porque muy bien dijiste hijo mío “Vivir sin Patria es lo mismo que vivir sin Honor”.

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