Los Torturadores.

Por Martha Madera.
Distrito Nacional.
Hace unos minutos me encontré en esta amplia red de información, llamada Internet, un espeluznante artículo sobre las torturas aplicadas en la antigüedad. Quedé muy impactada y sensible al leer la forma en que aplicaban a las personas tales castigos, si se les puede llamar así. Estas aberraciones ocurridas en el ‘‘pasado histórico’’ siguen ocurriendo hoy en día en nuestro mundo ‘‘desarrollado’’.

Reflexionando recordé lo crueles y exigentes que somos a la hora de pedirnos cuentas a nosotros mismos: nos castigamos y nos torturamos a tal magnitud de perder el amor y compasión a nuestra persona.
Reconozco que yo misma me he subyugado a una ‘‘tortura’’ voluntaria; dígase que me he acostumbrado a recibir algo que en realidad no quiero. Simplemente me regalo esas migajas de dolor con tal de olvidarme a mi misma. Satisfago mi yo exterior, ese que todo el mundo conoce, y esclavizo al yo interior, ese que muy pocos conocen y se han atrevido a conocer.
Hoy en día cada ser humano tiene la responsabilidad de no imponer cargas innecesarias a sus hermanos, para así no torturarse a sí mismo.
Para dejar nuestras ‘‘auto-torturas’’ debemos observar nuestras conductas y creencias; tener valentía para detectar nuestros fallos y perseverancia para ser libre de los  tormentos.
Este es un tema muy importante para mi porque hace una década que no he dejado de ser dura, estricta e insensible conmigo misma por metas incumplidas o por cosas del diario vivir. Tengo la esperanza y la buena actitud para perseverar y luchar por mi libertad emocional.
Cada uno de nosotros se encierra en cárceles, en esas de las que no nos dejan un día en paz sin pensar en ellas; o esas que nos son tan pesadas que no podemos ni siquiera tomar una decisión sin corroborar su teoría.
En este duro camino de romper tus ‘‘torturas’’ hay que confiar plenamente en Dios, y dejar que Él haga su obra. Es válido y saludable que personas de máxima confianza nos acompañen en este proceso.

Recuerda estimado amigo, la peor tortura no es aquella que te impone alguien: es aquella que tú mismo te das.

Comentarios

Entradas populares